Personal Passiones

Personal Passiones

lunes, 26 de agosto de 2024

Eco de nostalgia.

 Jamás quise perder la oportunidad de verte; desde mis primeros recuerdos al conocerte, el miedo más profundo que albergaba era la idea de tu partida.

No sé ni por donde empezar, ni siquiera habrá planes en navidad, y en tu cumpleaños seré un mensaje más. 

En este instante en el que tu presencia ya no ilumina mi día, donde la risa que solía alegrarme ha desaparecido y los abrazos son solo un eco en el pasado, me enfrento a la pregunta inevitable: ¿qué queda? El peso del dolor y la sombra de la nostalgia. 

Cómo duele este maldito proceso. La incesante lluvia de lágrimas parece no dar tregua en mis mejillas, un deseo constante de que el dolor cese, pero en lugar de disiparse, se expande con el transcurrir de las horas. La ansiedad me abruma, la tristeza no cede. Con cada vez mayor magnitud, este sentimiento me aísla, sumiéndome en la soledad y alejándome gradualmente del tejido del mundo que solía ser mi hogar.

Tú sabes que sigo aquí, no me lo espero pero, de verdad, de verdad, lo espero. Me convertí sin esperarlo en ese ser que molesta con mi presencia tu existencia, qué humillante que quise serlo todo, y soy menos que un insecto qué se estrella en tu parabrisas y sin pestañear limpias y ya... y ya.

¿A los cuántos "te extraño" vas a volver? 

No sé donde está

 ¿Adonde se fue la ilusión y el corazón latiendo con fuerza?

- A unos labios que besan dependiendo del humor, y unos ojos que miran según el deseo.

¿Y el brillo de tus ojos?

- Se quedó en su piel, cuando lo miraba conducir, dormir y y su manera de caminar. Se quedó en él cuando prendía un cigarro, se ponía a trabajar o simplemente miraba al vacío, donde no estaba yo.

¿En dónde esta tus alegrías?

- Se resumen en abrazos y miradas.

¿Y tus ganas de vivir?

- Se lo llevó el tiempo que compartí con la persona que más adoro.

¿De dónde salio tanto hastío y odio por la vida?

- De la falta de su voz, su plática y su sonrisa.

¿Adonde se fue el suspiro de emoción y felicidad?

- Se la llevo la cordura, ahora estoy atada dentro de un manicomio eterno.


Amor o limerencia.

 ¿"Amor" definirá lo que siento? ¿Es capricho como dicen otros? ¿Será un espejismo de lo que no he sentido en tanto tiempo y al fin lo siento palpitar por todo mi pecho, mi cuerpo, mis extremidades, en el calor de sus abrazos, de su mirada, de esa sonrisa tierna?

Amor es sacrificio, ¿verdad? Es que duela cuando debes hacer el bien para esa persona aún cuando te destruye por dentro, y aún así lo piensas dos veces, por si es necesario hacerlo, cuando sabes que sí lo es.

Es no resistir las ganas de mirar esos ojos grandes y de mirada penetrante, que me vuelve loca, que me gusta aún cuando es de molestia, o alegría. No aguantarse de querer provocar esa sonrisa hermosa con sus hoyuelos lindos a los lados asomándose aún a través de esa barba tan exquisita; sentir esos brazos suaves y grandes alrededor de mi cuerpo, aunque sea por un momento, o por toda la noche.

Y al final ya no importa, ni el lugar, ni las personas, todo mi hermoso mundo se reduce a él, estar con él, platicar con él, reír con él, jugar con él, pelear con él. Cada nota exhalada de su boca a forma de cariño, reclamo, risa o cuento; es un beso, un suspiro al alma. Es la tranquilidad y éxtasis de reconocer que estoy aquí, aquí con él, y él conmigo en el mismo plano-espacio. Las almas comparten las partículas de energía por un efímero momento dentro de la basta eternidad, —y eso seguirá siendo tuyo. Mi tiempo, mi verano, te pertenecerá por siempre. Y este amor, o limerencia lo que sea que siento, pero tuyo. Y seguirá siendo tuyo por el tiempo que tú lo Quieras. Tal vez hasta aún más.—

¿"Amor" es pedirle que no me suelte todavía? Que no me haga irme de aquí, porque es lo más sano, aún cuando no quiero irme, no quiero compartirle mi energía y mis pensamientos a nadie más. ¿O estoy siendo tan egoísta por no vivir el duelo que inevitablemente va a llegar?


—Porfavor, aún no me sueltes. Sé que tú tampoco quieres.—

jueves, 22 de agosto de 2024

Estoy renunciando a ti.

 Estoy renunciando a ti, sin realmente renunciar.

Estoy renunciando a ti, en contra de mi voluntad.

Estoy renunciando a ti, porque amo a un hombre que no es mío, nunca lo será, pero pensé que lo sería.

Estoy renunciando a ti, convenciéndome a mí misma que es lo que la gente hace cuando ama a quien no lo ama. Te dejo libre...

-pero primero permíteme unos momentos más contigo, en lo que dura la negación, las ganas de seguir luchando.

¿Es esto un equivalente a dejar que el médico te ponga esa inyección que tanto miedo da? Entre más rápido mejor, más rápido la cura llega, más rápido pasa el dolor.

No puedo con tanta agonía ¿sabes? Sostengo la soga que me hiere a muerte pero no quiero soltarla.

No quiero renunciar a ti, no quiero caminar en puntitas, no quiero esconderme, no quiero fallar, no quiero equivocarme. Pero debo hacerlo ¿verdad? No hay ninguna otra opción, no hay otra manera de escabullirme de la única solución que tengo sobre la mesa. Analizar, calcular, sobrepensar, insomnio, cruda realidad; no hay respuesta, dolor de cabeza. Voy a fantasear un poco para anestesiarme de la tortura que es lidiar por esto, imaginando escenarios imposibles pero bonitos con canciones bonitas de fondo. Algo que me ayude a volver a comer, conciliar un buen sueño, y ser productiva durante el día.

¿Cómo me permití llegar hasta aquí? Ah, sí, el "amor". Cállate y traga, soporta, sé fuerte, resiliente, esto también va a pasar.

Pero cuando pase, seguirá la fobia del recuerdo, duele mirar atrás el sufrimiento que hay, ¿ahora uno más? Qué más da, estoy renunciando a ti, sin realmente renunciar. Al fin de cuentas, la esperanza muere al último. Eso o me muero yo.