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Sí, lo admito. Me siento sola, mucho, bastante, a pesar de que estos días me rodea un mar de gente, a pesar de que se ve el mundo entero en facebook, o en el trasnporte público vas apretujado con otras cincuenta personas, no sé. Estoy alejada de todo, supongo me quedé en aquella ciudad donde viví un tiempo, supongo en realidad nunca volví, o tal vez, sí me fui de ahí, pero yo me quede en algún lugar abismal entre el trayecto de regreso, no me hallo en ningún lugar, con ninguna persona. Y cuando crees que puedes distraerte a lado de tus amigos, o gente que te inspira confianza, gente de tu trabajo, o tu propia familia, y en realidad aún así no puedes huir de tí y disfrutar, empezar a ser feliz, es cuando realmente estás jodido. ¿Qué no se supone que uno se siente así de adolescente?, cuando tienes esa etapa depresiva masiva y al salir de ahí ya todo está bien, y la vuelves a tener en tus cuarenta-cincuenta, no a los veinte, a principios, esos años son donde debería ser más feliz, ir viendo nuevas cosas que me pongan contenta, no sentirme como una joven de diesiséis abrumada por cosas tontas. Así me siento, tonta, estúpida, inútil, no porque lo piense yo misma, me ayudaron a creerlo, y empecé a sentir que es verdad por tanta idiotéz que cometo. Estoy loca, safada. Volteo a ver a mí misma cuando tenía ocho, y pienso, no seas ingenua, a los veinte no tendrás lo que quieres todavía, no serás feliz, no estarás con el hombre de tus sueños, no será como piensas, no tendrás tu casa con tu esposo aún, y debería decirte que a esa edad renunciarás a muchas cosas que soñabas, serás muy voluble, pero más que nada, estarás triste. Ojalá esté equivocada, ojalá mi yo de diez años en delante venga y me diga que si, que todo se cumplirá, un poco tarde, pero llegará todo lo que sueño y quiero desde que tengo razón, no lo material, lo otro que siempre he querido.

Um, creo que nunca dejaré de ser una soñadora, una fantasiosa, una llorona, una delicada, y en muchos sentidos, una torpe, bastante torpe, una niñita atrapada en el cuerpo de una mujer que no ha podido madurar a la edad que tiene, una loca.

En el bar.

Hoy... fué, una noche de desastre. Todavía me puede, y ni si quiera es sobre mi. Dos de mis mejores amigas ya se gradúan de su carrera, decidimos, todo el grupo salir para celebrar, (excepto ciertas personas que no quiero ni puedo ver) y llegamos a un bar, éramos doce personas, conviviendo y atacándonos de risa con cosas tontas, prometía ser una noche agradable.

Hasta que uno de mis amigos [Pánfilo de diremos], decidió hablar con la novia de otro amigo [Eustacio, será su nombre]. No hacía nada malo, se puso a platicar con ella, como cualquier amigo, a lo que Eustacio se enojó, porque es un celoso de mierda. Salió del bar enojado, y Pánfilo salió detrás de él, para hablar del porqué de su enojo, no tenía nada que ocultar, ni el cuál sentirse culpable, a esto yo no sabía de la situación, no tenia el conocimiento, seguía platicando con los que seguían en la mesa, cuando vi el reloj, ya era tarde, y prometí a mi madre regresar temprano; procedí a despedirme de uno por uno para decirles que tenía que llegar a mi casa, saqué las llaves de mi auto y fui hacia la puerta, tenía ganas de hacer pipí honestamente, pero mi pensamiento fue, mejor me espero a llegar a mi casa, va entrando Pánfilo  y le digo, ''ya me voy, ya es tarde'', cuando Eustacio lo empuja hacia la pared con una fuerza increíble, y Pánfilo se golpea, yo en ese momento reaccioné, y, lo admito, grave error de mi parte, me metí entre los dos, metí mis manos y mi cuerpo para que Eustacio no siguiera golpeando al otro, ya que estaba fuera de sí, típico hombre que no entiende razones y solo quiere irse a los golpes, y no queriendo, me tocó algunos de los golpes y empujones a mí, pero en mi terquedad seguía queriendo separarlos, gritándole a Eustacio que parara y dejara de golpear y empujar, solo estaba yo, me golpeé, culpa mía, varias veces gracias a estar en medio de una pelea hasta que dos de mis otros amigos salieron a detener a Eustacio y lo tomaron con fuerza, cuando sale su novia, a decirle que se calmara, y dejara de pelearse, en realidad el motivo, no había nada de malo, eran dos personas hablando, a lo que Eustacio dice, 'Le dije a mi novia que quería decirle algo, y no me hizo caso, ahí me enojé, ni sé qué estaban hablando, solo fue que no me hizo caso'. ¿En serio, por esa idiotez armó un arranque de celos tan idiota? Su novia, es asmática, empezó a ponerse mal, y yo hablándole a Eustacio de frente, tratando de hacerle entender que pensara en ella, diciéndole que cómo es posible, que le importe más su enojo que su novia, que la salud de su novia... le dio un ataque, y casi muere, ahí, en el piso del bar, por la mente tan retrógrada de su ahora ex novio. Y claramente él vio que ella se empezaba a poner mal, se empezaba a poner morada y a temblar de la alteración y los insultos, y ver que estaba metido en los golpes contra otro imbécil, hasta que la vio en el piso a punto de morir, reaccionó, y dijo, ''ya la he visto así, sé como se pone'', ¿entonces para qué haces esto si sabes que le va a afectar, pedazo de estúpido? Tuve que levantar la cabeza de ella porque su imbécil novio solo le decía que se calmara, no le dio aire, ni respiración, nada... hasta que llegó la ambulancia, y le dije al tipo que no vale la pena un momento de estupidez por solo desquitar tu ira tan pendeja, a dañar a tu novia, que se supone que amas... en el camino al hospital, el iba llorando, lo vi, yo solo me subí a mi carro, y me fui a mi casa. Ella, casi muere, y ellos haciendo el ridículo en plena calle, golpeándose, pfff y yo en medio, ridícula al doble. Ahora a las 3:00 am, Eustacio me habla llorando diciendo que ella ya no quiere nada con él, y que él no la quiere perder. Yo solo le digo, que vaya a dormir, a pensar las cosas, y que la culpa, no fue toda de él, si quería partirse su madre con otro tipo, lo hiciera sin meter a su novia, o al menos no frente a ella, sabiendo su condición, pero que afronte las consecuencias, todos vimos que él dijo, que ella ''le valía madre'', si no hasta que la vio tirada a punto de morir en un bar, en un maldito bar, frente a sus ojos, por su culpa y falta de tacto. Ahora viene el arrepentimiento. Y que no diga, que no fue demasiado tarde hasta verla en un ataúd, para realmente arrepentirse.