Personal Passiones

Personal Passiones

jueves, 8 de agosto de 2019

Puta melancolía.


Es media noche, yo estoy separada de ti por la ciudad, colonias y carreteras, árboles y puentes, escuelas, restaurantes. Pedazos de terracería, y un par de rutas que me sé de memoria para llegar a tu casa. Los arbotantes bajo la lluvia leve que cae justo ahora, y aún así iría a ti sin pensarlo dos veces.

Veo la ventana imaginando la tonta fantasía en que me llames y vaya por ti para traerte y contemplarnos en mi cama. El trayecto que tomaría, el esperar a que subas a mi coche, y al vernos, besarnos con un hambre de tenernos... Parpadeo y bajo la mirada, sé que no va a pasar y eso me entristece el triple. Me acomodo en cama y cierro la cortina, abrazo una de mis almohadas grandes y, oh oh, ya es muy tarde para distraer mi mente de ti, maldita sea, ya empecé a llorar de nuevo, estrujando la almohada y extrañándote no va a hacer que mi sentimiento de tristeza, impotencia y enojo se vaya. Mucho menos hará que tu vengas. Tampoco haciendo como que no pasa nada y tú no existes. Entonces, ¿dónde me refugio, o qué hago? Puta madre. 

No sé qué plan tenía Dios, la vida, el destino, el universo o lo que sea cuando te puso en mi camino y me hizo amarte. ¿Para qué me dio ese breve cuento de hadas contigo si no iba a durar para siempre?

Terminé peor. Y con el corazón roto no, con el corazón hecho mini pedacitos de lo que era un corazón. No me da las fuerzas ni siquiera de volver a armarlo. No tengo fuerza ni de... Respirar.

No hay comentarios. :

Publicar un comentario