Tuve un pensamiento el viernes,《Qué semana tan estresante》 tantos trabajos en mi escuela, tantas tareas, cosas por hacer, no he tenido tiempo ni de salir con mis amigos, de respirar tranquilidad, puro estrés por este puto semestre, diario llego tarde a mi casa, y caigo rendida en mi cama a eso de las 10 - 11 pm. Ha sido mucho que digerir, y caí en cuenta que mi semana no ha sido estresante, ha sido todo el maldito semestre, pero, luego analicé y ese pensamiento se volvió una epifanía; que más bien, es todo este año; ha sido muy fuerte para mí, han habido más cambios en mi vida, cosas que han creado un parteaguas en mi vida, cosas nuevas que me atreví a hacer, cosas que nuevas que experimente, cosas que disfruté, pero con los riesgos que estos significan, o sea, pérdidas, estrés, peleas, llantos, y todo lo malo que he lidiado este año. Muy aparte de lo bueno, que guardaré para hablarlo después. Y el 31 de diciembre de este año, lloraré todo eso todo lo malo y lo dejaré fluir por mis mejillas para entrar más fuerte, el año que viene. Ya no quiero estar así, sentirme así, sola, tonta, paranoica, ojalá hallara una receta para seguir los pasos y volver a ser feliz, ser yo, y que no me importe nada, mas que disfrutar todo momento.
Por eso en este mes, iré analizando en qué debo mejorar para que lo que me afectó, no me vuelva a afectar y no permitirle de nuevo a nadie lo que me ha hecho sentirme mal. Y tampoco permitírmelo a mí misma de nuevo, debo aprender a respetarme más a mí y a protegerme de caer de nuevo en errores que no han sido fáciles de afrontar. Por eso, y aunque este año fue hermoso a su manera porque viví muchas cosas nuevas y maravillosas, pues ¡no todo está perdido! Ojalá de verdad no todo se haya perdido, ojalá.