Personal Passiones

Personal Passiones

martes, 2 de abril de 2019

Colilla de cigarro.

Así le llamo a este texto, para enfatizar que a veces, nos usan como cigarros.

Buscan extasiadamente tenerte, porque les causas éxtasis, calma, tranquilidad, relajación. A veces no es lo más saludable pero son adictos a ti, te consumen, te disfrutan. A cualquier momento del día o de la noche, antes o después, incluso durante alguna actividad, porque te necesitan.

Te prenden con cuidado, que la llama no se vaya, y si se apaga por el viento, el frío o porque no funciona, no importa. Luchan porque la llama prenda nuevamente con tal desesperación y lo consiguen, así tengan que pedir ayuda a alguien más para conseguir ese fuego que te encienda.

Luego... te van consumiento, lentamente, o desesperadamente, depende del sentir L, depende del momento, o lo que necesiten de ti. Bocanada tras bocanada, aspirando y sacando el humo... ahí va tu esencia ¿Lo sabías? La van sacando cada que te usan.

Va llegando el final, el cigarro quemado se acerca al filtro, y ahí mientras ellos saben que se va a acabar, postergan un momento el fin y te disfrutan un poquito más.

Ya no hay nada que fumar, el cigarro se acabó, el interés cambió, saciaste su ganas de tabaco [o de algo más]. Y para terminar, cuando ya no eres nada, porque todo entregaste, solo un asqueroso y sucio filtro, colilla de cigarro. Te tiran y si pueden y tienes aún fuego dentro en tu pequeño ser para ofrecer, te terminan por pisotear para acabarte de apagar.


Así me sentí yo. Siendo la colilla del cigarro, un cigarro que fumaste por dos años y terminaste por apagarme con una fea y brusca pisada. Te alejaste al caminar, mientras en el futuro buscarás otro cigarro, con otro sabor, otro filtro otro todo, para poder fumar. Para poder saciar tu adicción a algo.





No hay comentarios. :

Publicar un comentario