Dicen que el primer paso es aceptarlo. A veces no es difícil, al menos para mí, admitir que algo me hace daño. Es diferente que haga algo al respecto.
Sí, me hace daño. Quisiera ser libre. Y no hablo de drogas o algun vicio sintético
¿No te ha pasado? Que amas a alguien y quieres ya no amarlo. Estoy presa, mi prisión son unos brazos grandes y fuertes, la llave unos ojos que pueden mirar con tanta dulzura y con tanto desprecio también, mi condena son unos labios que me mantienen en esta cárcel al hablarme bonito y feo a la vez. Y mi único prisionero, soy yo al no querer liberarme de tal suplicio.
Estoy en una prisión de la cual busco como escapar, pero sin salirme.
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