Personal Passiones

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martes, 9 de junio de 2015

La canción que nunca dedicaría.

La música es tratada más que nada como soundtrack de la vida, todas tienen su tag groups, las de noche de antro, para el ejercicio, pero están esas especialmente para los malos y tristes momentos; ya sabes, sentir esa nostalgia ese dolorcito y que pique más las espina. Cuando pasamos por algún rompimiento o una situación de tristeza nos torturamos escuchando a The Fray o Damien Rice, para darnos más lástima y sentirnos como almas en desgracia.
Esas son las canciones que alguien una ves denominó ''Las rompe-culos'', pero también están otro tipo de canciones que te hacen sentir cierto aire de guilty pleasure, que sabes que te hacen sentir exactamente lo que ocurre contigo cuando estás, (o no) con esa persona especial, que te describe totalmente, te aclara hasta tus sentimientos y sabes el porqué después de una estrofa que define esos sentimientos confusos, que sabes que describe a esa persona y le queda, ciertamente le queda la puta canción. Es perfecta, y la escuchas cuando quieres recordarle, o lo que es peor, cuando ya se acabó esa época y en tu intento de recordar te pones a oír esa estúpida canción que en ves del título original sabes que lleva su nombre por completo.

A mi lo que me pasa es que tengo ese tipo de canciones que en realidad no describen a nadie, pero las amo por tener la capacidad de hacerlo, y afortunadamente no he tenido ese impulso de idiotez en adjudicárselas a alguien en particular. Pero cuando las escucho me entra una nostalgia bonita, de esa en la que nadie se te viene a la mente, tal ves momentos, pero sin llegar al dolor de ''me recuerda a ti, desgraciado''; y cuando en una primera instancia pensé en si encontraba a alguien adecuado, se las dedicaría, ahora ya no. Son tal bonitas y con una letra tan fina que si, de hecho son como para dedicar a tu antiguo amor, a tu primer amor, a tu casi-amor, al maldito que te lastimó, y al que te regaló lo mejor y te hizo mejor persona. Pero no las uso para eso, son demasiado buenas para desperdiciarlas poniéndoles nombre y cara, y malos momentos sobretodo. Como bien dicen, si quieres arruinarte una canción hay dos maneras, ponla de alarma despertador, o dedícala, y cada que la escuches te estremeces y te subsiste el trauma en ella. Y lo más cagado es, que para otras personas esas mismas canciones, las que amo pero son mías, es decir, las que no dedicaría nunca, para otras personas esas ya fueron, ya son de alguien más, ya tienen como cincuenta nombres, cincuenta caras, y miles de malos recuerdos, y sobretodo lo que jamás me darían a mi, ya tienen como un millón de lágrimas de despecho derramadas. Pero para mí, ¡no-oh! jamás. Claro, que al oírlas no se puede evitar pensar en alguien fugazmente sabiendo que podría ser para esa persona, pero pasa, y un mes después no recuerdas. No, mientras no lo hagas oficial, todo bien. Hay unas que no por lo que he dicho, sino por orgullo nunca dedicaría, me gustan, pero simplemente no me atrevería a dedicar, porque la letra es tan profunda q
ue creo que nadie se la merece.

Hay quienes como yo, tienen hasta autores, cantantes y álbumes enteros que no dedicarían, y que son suyos, con esa libertad de oír para tener un poco de melancolía en su día, y relajarse sin tener que llorar, al menos no por alguien, y simplemente por la letra.



Algunas de mis ''Nunca dedicaría''.

How?

The blower's daughter

Stay

Sin miedo a nada

Just Tonight

Pudo ser tan fácil

Shades of cool

Look after you










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