El amor tiene que ser bonito. Si no es bonito, no es amor: es una cosa muy fea ahí mutante horrible.
Quieran bonito. Den amor, sean amor. No reciban cosas muy feas ahí mutantes horribles. Amor bonito.
Mis patrones de relación eran muy tóxicos porque yo juraba que el amor bonito era de hueva, de esas parejas que todo lo hacían juntos así como súper rutinario y de «amor, ¿pagamos mitad y mitad de la cita?». Y no. En general, también puedes tener una relación o una no relación tóxica muy rutinaria.
Y sí existe el cliché de que entre más guapo, más patán porque no hay muchos hombres guapos, entonces los hombres que tienen ciertas características atractivas obvio reciben atención especial de las mujeres y están acostumbrados a mantener ese nivel de ego, que en realidad los vuelve muy inseguros.
Sí, eso es cierto. No lo puedo negar.
Pero, güey, 100% luego ni son guapos. O sea, cuando te enculas con un güey tóxico, lo ves guapo por las hormonas. Real. No tiene tema de conversación, no se viste bien, no se baña. O sea, no. No. Estás dopada en estrógeno, por eso lo ves así.
Y el amor bonito también incluye sorpresa, misterio y más importante: violencia. La cosa es que es consensuado. Y no es muy neta. En las relaciones tóxicas, cuando te dicen cosas feas y hacen cosas que te lastiman, sí es muy neta, entonces huye mejor y así.
Querer bonito y sentir bonito. Eso.
Fuente; Adriana Gonzalez V.
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