Odio el estereotipo de vida
que se da tradicionalmente y el que le inculcan a todos, sobre todo a las
mujeres. Crecer, estudios básicos, trabajo, matrimonio, hijos. Odio eso, lo
odio todo, estudiar, puede ser, trabajar también, y en algo que amo sería
perfecto, pero ¿casarme? no, ¿hijos? jamás.
Mi madre es tan
hecha a la antigua, que me satanizó por el hecho de no querer esclavizarme con
un esposo y cuidando niños. No los quiero; ¿novio, pareja? claro. Pero un
matrimonio no, mejor así, aunque sea pecado; ya llegado el momento de cortar,
se acaba la relación y cada quien vuelve a su vida, por su lado, para no
volverse a ver. Ese acuerdo se me hace bien. Odio que la gente me vea feo
cuando digo que no quiero hijos, que prefiero tener una carrera aunque me quede
sola, pero con mi vida, como se me dé la gana, tal vez como la señora de los
gatos, aunque mejor con perros, odio los gatos y sin nadie que me diga qué
hacer y cómo vivir por el resto de mi vida, como el tener hijos y no poder
viajar, comprarme cosas a lo bruto, por el hecho de tener que pagar
colegiaturas, o por no poder dejar a los niños solos, por no tener dinero para
mis lujos por tener que darle a la familia lo que necesita, o porque mi
'marido' se enoje si gasto de más (aunque sea mi propio dinero). No, eso no
quiero. Prefiero sola y quizá amargada, pero en mi mundo, en mi vida controlada
por mí, aunque muchos me digan que suena aburrido, frívolo, estúpido quizá.
Pero al final mío.
PD. Tal vez así le cumpla el sueño a algún sobrino
cercano o lejano el dejarle una herencia cuantiosa, el día que yo me muera.
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