Hacer creer a los demás
que todo va bien, con una amplia mueca de oreja a oreja tratando de dibujarnos
una sonrisa <falsa>. Y la verdad es que eso nos daña a nosotros
más que al resto del mundo, pero pretendemos lo contrario, sentirnos bien, y nunca es así,
pretendemos que el tiempo nos distraiga y nos haga acabar con éste mal, y nunca
es así. Pretendemos que no queremos preocupar a los demás, no darles problemas,
pero no siempre es así. Sólo no queremos tocar el tema ni darle atención a los
problemas, y nos atrevemos sólo a sacar la tormenta a solas, sin nadie de
testigo. Y si eres como yo, te sentirás a veces, hasta con pena de hacer todo
ese drama a escondidas, pero lo tienes que hacer, <el desahogo>. No es falta de confianza, ni orgullo.
Es
querer levantarse y pretender que lo malo nunca pasó, y mejor si lo haces sola,
sin ayuda, aunque muchas veces esto no suceda y tenga que levantarme apoyándome
en los hombros de los que realmente me quieren. Pero piensas, ¿qué rayos
haré cuando alguien en un momento así me falte? Y un pequeño miedo sale a
flote al ver que de algunas veces saliste del hoyo con ayuda; si no, no sabes
si habrías salido de él. Pero te queda esperar torpemente que algo así no
vuelva a ocurrir, y si pasa, que seas capaz de ayudarte tú sola.
Pero
el lado pretencioso se le ve, cuando te das cuenta que es de valientes ser egocéntricos y
sufrir solos.
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